hey...

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Terminar una relación cuando hay amor por primera vez (Cuando te dejan...)

              I 
Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,
cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor.
Hoy solo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente
para aprender el arte del olvido.

Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.
 
            II
Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;

un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta
y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna
y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

Es cierto, mi mundo ya no es mágico. Ahora camino entre pesadillas varias; sueño con él, conmigo, con su ex. Sueño con su familia, sus amigos, incluso sueño sus sueños. Me duele el pecho, vomito por dentro, ya no como. Salgo de la cama un día, y al siguiente olvido cómo. "Necesito tus brazos", pienso. Aquellos brazos que alguna vez me mantuvieron presa en sus sábanas siento que hoy son los únicos que podrían ayudarme a salir. Quizás ahí está el error. 

Las preguntas siempre son las mismas: ¿Cómo dejar de querer? ¿Cómo olvidar? ¿Cómo seguir con mi vida? ¿Cómo encontrarle sentido a mis días? "Pensá", me dicen mis seres queridos "que esta relación te va a servir como experiencia para las futuras". Pero decime, ¿qué me importan a mí las futuras, si con el único que sueño, si con el único que respiro, es con él? ¿Qué me importan las experiencias, si no son enseñanzas para estar con él? 

Hoy hay respuestas que no tengo y otras que ya no quiero responder. Me permito sufrir algunos días, otros me obligo a salir de la cama con un buen propósito. Me miro al espejo y me quiero, porque sé que el cuerpo y el alma que tengo enfrente fue amado y apreciado por la persona que más quiero en este mundo. Sé que el amor que nació en una mirada aún se mantiene entre nosotros, aunque ahora se manifieste de formas extrañas y lejanas, de formas que aún no puedo comprender. Desconozco los exactos motivos por los que decidió dejarme, pero ya no invento palabras en su boca: sí me quiso, sí me amó, y sí fue real lo que sentimos. Que hoy la relación se acabe no quita lo vivido, y no lo va a quitar jamás. 

Ahora recuerdo que tengo una vida, individual, la mía. Recuerdo mis amigos, mi familia, mis tareas y mis sueños. Todo parece antiguo, como si lo hubiese dejado descuidado en un cajón, justo ahora que lo necesito reluciente. Pero así sucede a veces. Uno se abandona en el otro, y cuando el otro lo abandona a uno, parece que ya no queda nada. Pero aún hay vida, aún hay sueños. Ahora me cuesta encontrar dónde, cuándo y cómo, pero sé que está ahí, que me está esperando. 

Por eso, cuando me acuesto en la oscuridad, cuando se me vuelven a brotar las lágrimas, cuando todo parece volver al primer día, me gusta recordarme que mi mundo ya no es mágico, pero que no se acabó. Y que así como alguna vez el amor me hizo infinita, volveré a serlo. Pero para eso necesito el corazón sano, y para eso necesito tiempo, y para eso tomaré pasos cortos. No pasa nada; el camino es largo y seguirá allí.